lunes, 14 de diciembre de 2009

SIMONA MOLONA Y EL CASO DE PAPÁ NOEL Y LOS REYES MAGOS


El pueblo está como loco,

porque dentro de muy poco

va a venir papá Noel.

¡Los niños sueñan con él!


A Santa, como aguinaldo,

un juego le pide Waldo

para su videoconsola.

¡Eso es lo que más le mola!


Pero allá en su hogar helado

Santa está muy preocupado:

su reno se cayó al barro

y ahora tiene un gran catarro.


.

Y los demás -¡qué glotones!-

se hartaron de polvorones.

¡Estos renos regordetes

no podrán con los juguetes!



Después de hacer los deberes,

Simona, con sus poderes,

ve a papá Noel tan solo,

tan triste en mitad del Polo…


Se traslada en un instante,

con Waldo de acompañante

y Gustavo con sus guaus,

al iglú de Santa Klaus.


Al verlos en su salón,

Santa salta de emoción

y les dice, cejijunto:

"Voy al grano del asunto".


.

"Tengo a los seis renos malos.

No podré llevar regalos

el día de Navidad.

¡Menuda contrariedad!"


Piensa, idea y reflexiona

mientras pasea, Simona,

adelante y hacia atrás.

"¡Yo lo arreglo en un pispás!"


Se tira de las orejas,

baja y levanta las cejas,

saca la lengua y después

cuenta en voz alta hasta tres.


Y aparecen, de repente,

los Reyes Magos de Oriente

-Melchor, Gaspar, Baltasar-

desde un lejano lugar.




¡Qué de abrazos! ¡Qué apretones!

¡Cuántos besos y achuchones!

Melchor parece radiante,

Baltasar pierde el turbante…


Y Gaspar le dice a Santa:

"Ayudarte nos encanta.

Nuestros tres camellos, creo,

podrán tirar del trineo".


Y con esta solución,

cumple Santa su misión

y no deja, ¡qué trajín!,

sin regalo un calcetín.


Simona, Waldo y Gustavo,

moviendo feliz el rabo,

vuelven a casa al momento

y aquí se acaba este cuento.


.
( Carmen Gil
)




.

¡Ya llega la Navidad!


Pronto será Navidad
llegarán las vacaciones,
cantaremos villancicos
y comeremos turrones.


Nos portaremos bien,
ayudando a los papás
para que los reyes sepan
que nos pueden visitar.


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